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  • Foto del escritorJosé Carlos Vásquez Silva, @jcvasquezs

¿Se puede hacer e-learning en la escuela pública?

El virus está impulsando en pocos días lo que no había sucedido en años de políticas, programas e iniciativas públicas y privadas. Ahora que la forma tradicional de hacer educación no es viable, el sistema público está recurriendo a las tecnologías en busca de una alternativa. Lo urgente es superar la crisis, sin embargo, las soluciones que implementemos hoy en el campo de la educación con tecnología, podrían ser claves para iniciar la trasformación digital de la escuela.


La opción más rápida de implementar y la única viable en muchos casos, es producir y difundir orientaciones y contenidos por diversos medios, para que las familias asuman la tarea de realizar actividades educativas con sus niños y jóvenes en edad escolar. Hacer e-learning es más complejo, pues se trata de un proceso educativo formal, que combina la realización de procesos mentales y la interacción con elementos del entorno (virtual y físico) y con otros individuos para asegurar el desarrollo de capacidades de los estudiantes.


Entonces, lo primero, consiste en rediseñar los procesos educativos de la escuela, para provocar el aprendizaje autónomo de los estudiantes y el rol más activo y estructurado de la familia; hacer eficaces las interacciones en el entorno y con los objetos virtuales y a través de ellos con el profesor y con los otros estudiantes. Se debe contar además con un medio que permita evaluar el proceso y el resultado educativo, de tal manera que el docente pueda hacer ajustes, retroalimentar y más adelante certificar los aprendizajes. Hay mucho escrito sobre esto, la investigación académica en este campo ha sido muy abundante en los últimos años, hay también organizaciones educativas privadas que han acumulado experiencia valiosa.


El rol del maestro es fundamental. Debe estar preparado para el manejo de entornos virtuales de aprendizaje y para la creación de recursos educativos digitales. Más que eso, habituarse a un nuevo entorno, aplicar a sus métodos de enseñanza-aprendizaje nuevos paradigmas y deshacerse de muchos temores y prejuicios. Sería erróneo afirmar que no hemos avanzado nada en este aspecto, hay miles de profesores que habitualmente llevan cursos de actualización en aulas virtuales (yo tengo la certeza de al menos 17 000 en Perú que participan en el proyecto Aula Digital y otros miles que con frecuencia siguen cursos en portales educativos como Educared y PeruEduca); incluso hay quienes trabajan en zonas rurales desconectadas, y en su visita periódica a las ciudades se conectan para ponerse al día en las redes sociales, para comunicarse, para descargar material. A ellos solo les falta un pequeño impulso para hacerse maestros online, hay que darles las condiciones apropiadas, entre ellas, tele-trabajo remunerado. Sería interesante a futuro, contar con una escuela de jornada extendida, donde las horas adicionales se realizan en aulas virtuales. Es cierto, hay otros miles de profesores que están, por diversas razones, al margen de la tecnología, con ellos la tarea es más compleja pero no imposible.


Otro aspecto indispensable y complejo, es la infraestructura; desde el lado del docente, los estudiantes y sus familias; se requiere dispositivos tecnológicos y acceso a internet. En Perú, aproximadamente la mitad de la población está conectada (70% en Lima), de ellos el 40% lo hace a través de un celular. Hay todavía un largo camino por recorrer en este aspecto. Pero ya existe un número muy significativo de peruanos conectado, hay proyectos de despliegue de la red dorsal de telecomunicaciones que están encaminados y la tecnología avanza cada día, haciéndose viable y más asequible en las zonas sin cobertura en la actualidad. El e-learning de la educación básica pública, debería considerar, al menos por ahora, tiempos cortos de conexión para la realización de las actividades educativas y contenido de bajo consumo de datos, diseñado para acceder a través de los celulares. Sería ideal un escenario, en el que los estudiantes pueden acceder a sus aulas virtuales sin costo en el consumo de datos , como ya sucede con las redes sociales y algunos aplicativos.


Desde el lado del Gobierno, disponer lo necesario para contar con una infraestructura que de soporte a miles de aulas y usuarios virtuales, es una tarea pendiente, casi imposible en las condiciones actuales. Es sencillo constatar la falta de capacidad de la infraestructura disponible en el Ministerio de Educación, cada vez que se registra un acceso masivo a sus portales y la red se congela. Una medida, en lo que toma resolver este tema, podría ser el autorizar a las escuelas, o redes de escuelas la contratación y pago de servicios de hosting para alojar sus aulas virtuales, así como pagan la luz, el agua y el teléfono. Hay muchas opciones de capacitación gratuita e instructivos sobre como instalar y configurar aulas virtuales. Bastaría que una persona en la escuela lo sepa hacer y ésta, además de preparar las aulas virtuales, acompañe a los maestros en sus primeras clases. El Estado, solo debería definir los lineamientos básicos y establecer las normas para el buen funcionamiento y la supervisión correspondientes.


Lo mencionado líneas arriba, son solo parte de los asuntos que debemos de tomar en cuenta si tenemos la intención de hacer e-learning en la escuela pública. Otros aspectos relevantes son: la generación de contenido diversificado, el currículo, la verificación de la identidad, el tratamiento de los aspectos emocionales, etc.


Hacer e-learning en la escuela pública si es posible. Es cuestión de descubrir en la dramática situación actual una oportunidad para el futuro.

















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