La sabiduría va más allá del conocer; consiste en aplicar lo que se sabe con prudencia, sensatez y justicia. La sociedad actual nos exige ir más allá del conocimiento práctico sobre el manejo de las herramientas digitales, es necesario emplearlas con sabiduría. Múltiples situaciones cotidianas nos alertan sobre este asunto:

Cómo capturar imágenes y publicarlas en Facebook o Instagram, es algo que muchos conocemos; exponer fotografías de nuestros hijos pequeños en las redes sociales, sin ningún tipo de restricción, es imprudente. Asumir como verdadero lo que se dice en internet, sin antes haber verificado las fuentes, es insensato. Vivir en una sociedad cada día más digital y que muchos niños no tengan acceso a la tecnología para aprender, es injusto.

Es urgente superar la visión parcial y utilitaria de la tecnología digital en nuestras vidas y asumir el reto de convertirnos en lo que podríamos llamar “sabios digitales”. En esta línea, es bueno que el Currículo Nacional de la Educación Básica en Perú, incluya la competencia: Se desenvuelve en los entornos virtuales generados por las TIC. Al menos en el papel (o quizá debería decir en el PDF) contamos con una definición en el sentido correcto.

Mientras la escuela aprende a desarrollar la competencia digital de sus estudiantes, es importante desde el hogar incluir entre los valores y consejos que transmitimos a nuestros hijos, aquellos que los conduzcan a ser prudentes, sensatos y justos en todo lo relacionado con su mundo digital.

Apagar los celulares a la hora de cenar, puede ser un buen comienzo.

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